martes, septiembre 04, 2007

Tengo un problema: me gusta el deporte

No sé si lo he comentado antes, pero he de reconocer que me gusta el deporte. Suena raro hacer esta afirmación, pero es que me da un poco de vergüenza hacerlo. Los motivos son varios; la cantidad de energúmenos que utilizan el deporte para dar rienda suelta a sus desvaríos, la gente que no sabe hablar de otra cosa que no sea el deporte (y en especial el fútbol) o que lo utiliza como “arma” contra otros sectores de la población, entre otros. Pero aun así me gusta el deporte.

Y como dice la canción me gusta el fútbol, aunque sea el mismo fútbol el que se este suicidando ante mis ojos. Una de las máximas del deporte es la competición en igualdad de condiciones, y con eso me refiero a las mismas normas y reglas. Es imposible la igualdad cuando las características de cada uno son distintas (algunos miden 1.69, como yo, y otros miden 2.17, como Pau Gasol, así que…), pero es algo que se tiene asumido. Para poder mirar que las reglas y normas se cumplen esta la figura del árbitro, desgraciadamente necesaria a todas luces (digo desgraciadamente ya que la honestidad suele brillar por su ausencia entre los participantes) y muchas veces totalmente desamparada. El error de un árbitro suele traer consigo la desaparición de la “igualdad”. Para mi el problema no esta en que se equivoquen, un error lo puedo “perdonar” (por decirlo de algún modo) pero lo que no entiendo es la poca predisposición a ayudarse a ellos mismos. Si bien algunos deportes han adoptado la tecnología para ayudar a los jueces, véase el caso del tenis para determinar las bolas dudosas, parece que el fútbol es feliz en su miseria.

Los adelantos en este deporte se miran con un recelo nunca visto en cualquier otro deporte. El voleibol por ejemplo ha ido adaptándose en los últimos años, y no solo a nivel tecnológico, uno de los primeros en usar la estadística en la alta competición, sino en el mismo juego. La eliminación de la necesidad de haber realizado el saque para poder sumar el punto, no penalizar que la pelota toque la red cuando se realiza un saque son reglas nuevas que han dotado al juego, que ya de por si era muy plástico, de una mayor espectacularidad. Esto se ha realizado de una forma muy clara. El manual del reglamento de voleibol es sencillísimo y no da lugar a ningún tipo de interpretación, en cambio el de fútbol esta plagado de interpretaciones subjetivas: el portero no puede tocar o controlar el balón con la mano en cesión voluntaria de un compañero con el pie, un jugador infringe la regla del fuera de juego si en el momento en que toca el balón o es jugado por alguien de su equipo esta involucrado en la jugada. Todas estas reglas parecen hechas para crear controversia en lugar de evitar las interpretaciones parciales. Flaco favor hacen a los árbitros con estas normas. Pero lo peor de todo es que el mundo del fútbol parece feliz con este tipo de reglas, el árbitro es el chivo expiatorio de todos los males durante unos días y luego todo vuelve a su cauce con la famosa frase “el fútbol es así”. Como he dicho antes, me gusta el fútbol, aunque cada vez menos.

2 comentarios:

Alt dijo...

Ay chico, es que el fútbol se ha convertido en un espectáculo en el que los jugadores son payasos que atesoran dinero y dicen tonterías y obviedades.

El deporte puede ser entretenido, pero la importancia que se le da es demasiada. Me parecen hasta inmorales los sueldos de jugadores, entrenadores, presidentes de clubes, etc.

Aaaay, de Tol Eressëa tenías que ser... xDDDDDDDD

¡Te agrego ahora mismo a los links!

Anónimo dijo...

Wenass!! Ya te tengo localizado hehehe. Sí que es verdad que fue una pena que no nos pudiéramos despedir (y ni una mala foto en la cena de gala nos hicimos al final, ains), pero espero que en la próxima les pongamos remedio a las dos cosas :D:D

Un besazo!